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Jesus Sanchez and Aalyna Silva

   Las especialidades universitarias son vistas como los grandes factores decisivos en la trayectoria profesional futura de un individuo, así como una herramienta para reconocer dos grupos diferentes de académicos: las carreras de humanidades y artes contra las carreras de STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Las connotaciones adjuntas a cada especialización no son ningún secreto: las humanidades son conocidas como el prototipo del “artista muerto de hambre” mientras que los estudiantes de STEM pudieran bien recibir un sello que diga “éxito garantizado” en su licenciatura.

   Aunque la mayoría de los estereotipos no se pueden demostrar con precisión, algunos de ellos reflejan la verdad. Según el Departamento de Educación, los estudiantes que estudian matemáticas o ciencias tienen las tasas más altas de empleo. La Iniciativa Nacional de Matemáticas y Ciencias afirma que los empleos en STEM aumentarán un 70% más rápido que el empleo general en los próximos años, y los estudiantes de matemáticas obtienen algunos de los empleos mejor pagados. Es importante tener en cuenta que estas especialidades representan aproximadamente el 6% de la fuerza de trabajo estadounidense (según un informe del Departamento de Empleados Profesionales) lo que explica por qué “más y más estados han adoptado la idea de recompensar a los colegios y universidades públicas por producir  estudiantes educados en campos vistos como importantes para la economía” (NYTimes).

   En cambio, las especialidades de filosofía, inglés e historia—las tres más populares en el campo de las humanidades—fueron clasificadas como las más inservibles según la lista del 2012 de The Daily Beast. Las carreras de humanidades evidentemente no reciben el mismo elogio y asistencia que las carreras de STEM. “Todas las personas del mundo que quieran estudiar literatura francesa pueden hacerlo; simplemente no van a ser subsidiados por los contribuyentes como los ingenieros, por ejemplo,” dijo el gobernador de Kentucky, Matt Bevin, sugiriendo que los estudiantes que se especializan en las artes no deberían recibir fondos estatales para su educación universitaria (NYTimes).

   Como una persona que quiere especializarse en la producción musical, la estudiante del último año, Cameryn Gage, y co-presidente del Club Casapella, comenta sobre su área de estudio y la importancia de su desición.

   “Voy a especializarme en tecnología musical la cual también es conocida por arte multimedia o artes de grabación. Basicamente, es producir. Siempre me ha encantado la música. Siempre he sabido desde que estaba en el kinder que quería trabajar en el área de la música. Soy la líder de Casapella ahora, y yo daba lecciones musicales durante mi periodo gratis en la clase de banda. Sé que mucha gente quiere algo predecible, algo que les asegure un futuro y lo entiendo completamente. Era igual por un tiempo y consideraba no siendo una carrera de música por esa razón. Entonces, realicé que me la encanta demasiado más. Yo me odiaría si no aún la traté. Es mi perspectivo, que todo es valido el esfuerzo,” dijo Gage.

   Estudiante del último año Sia Nadendla, presidente del Club Codificación y persona que quiere especializarse en la informática, ofrece su perspectiva en la decisión de carreras y ventajas de estudiar en el campo de STEM.

   “Primero, tomé ciencia computadora aquí en Casa, y fue mi primer contacto real al campo. Después de eso, fue un parte del club que fue dedicado a la ciencia de computadoras y ingeniería eléctrica que justo pasé tiempo construyendo cosas con amigos. Después de eso, hice las prácticas a una universidad local, Sonoma State, y trabajando con un profesor de ciencia de computadoras y yo creo que eso fue cuando en realidad consigue interesado en el campo,” dijo Nadendla.

   Por fin, cada graduado trae sus propios habilidades y talentos a la mesa. Un título no garantiza éxito fracaso; similar a la mayoría de cosas––la ambición, la perseverancia, y el coraje, y pasión, son persecuciones mejores.