Un Saludo a los Niños Militares
Cada ano, nuestro campus da la bienvenida a un grupo diverso de estudiantes. Entre ellos, se encuentran los hermanos, hijas, o hijos de miembros activos o ex militares que han servido sus familias mientras sirviendo la nacion. Abajo, los estudiantes de familias militares en nuestro campus comparten sus experiencias con circustancias academicas, sociales, y domesticas en constante cambio.
Aproximadamente dos millones de estudiantes tienen un padre o madre desplegado en el ejército militar, ya sea: la Armada, los Marinos, y la fuerza Aérea— lo cual ha aumentado desde un millon desde el comienzo de las guerras de Afganistán e Irak. El impacto del despliegue de los familiares de estos estudiantes es significativo, aunque a veces es subestimado por las gentes cercanas al estudiante. Según el Departamento de Defensa, las familias militares se mudan de seis a nueve veces durante el tiempo desde el nacimiento de un niño hasta que éste entra a la escuela secundaria. Con esta mudanza, estos estudiantes, que constantemente tienen que cambiar de escuelas y adaptarse a los nuevos maestros, currículos y ambientes sociales, tienen más dificultad que los estudiantes estacionarios. Con esta gran cantidad de estudiantes con padres desplegados, no es sorprendente que haya varios estudiantes afectados en nuestro campus.
La estudiante freshman Audrey Pera, la cual tiene a un padre que ha estado sirviendo en el ejército por más de veinte años, explica lo que ella piensa que todo estudiante y educador debería de saber sobre los hijos de padres militares.
“Algunos días, están felices y otros días no. Al no tener un padre en tu vida por la mayoría del tiempo se vuelve muy difícil porque una de las personas que deben de guiarte no está realmente allí. Pero también te hace más fuerte de alguna manera. Aprendes a tomar las decisiones correctas sin ayuda, y es realmente una experiencia de aprendizaje. Te vuelves más fuerte porque no quieres decepcionarlos,” dijo Pera.
Según un estudio hecho por Ron Avi Asto, profesor de las facultades de trabajo social y educación de la Universidad del Sur de California, los estudiantes de familias militares tienen tasas más altas de problemas de comportamiento, ansiedad, depresión y problemas sociales.También, generalmente, no tienen un rendimiento académico tan alto como los estudiantes que no tienen padres desplegados en las fuerzas armadas. Debido a esto, existen muchos programas para los hijos de padres en las fuerzas armadas, como es la Asociación Nacional de Familias Militares, la cual reúne a niños de familias militares para que se conecten a través de sus situaciones similares. Otro ejemplo es el programa de las Familias Blue Star, el cual ha sido diseñado para ayudar a los estudiantes durante las mudanzas y ultimadamente asegurar su felicidad en tiempos difíciles.
El padre del Sophomore Ethan Metge es un soldado retirado y un boina verde. Metge, quien planea seguir los pasos de su padre, explica las dificultades que tienen los niños con un padre en el ejército.
“El padre no es el único que está pasando por dificultades. La familia también es tremendamente afectada al no tener a sus padres cerca y no tener esa ayuda adicional. La escuela nos resulta más difícil cuando nos mudamos. La persona en el ejército sacrifica mucho por este país, pero detrás de un buen soldado hay una buena familia,” dijo Metge.
Metge y su familia se han mudado siete veces desde que su padre se enlistó, lo cual es cerca del promedio de la mayoría de las familias militares. Sin embargo, explicó que la reubicación constante lo ha afectado positivamente, lo cual contradice la mayoría de las investigaciones sobre el aspecto social de los hijos de familias militares.
“Cada vez que cambio de escuela, tengo que conocer a nuevos amigos y a nuevas personas. Es un área diferente y una escuela diferente, así que no sabes en dónde está todo y no conoces a nadie. Esto te enseña a hacer amigos y ser social. No creo que yo sea una persona muy sociable, pero no puedo notarlo ahora porque he tenido que hacerlo tantas veces,” dijo Metge.
Más escuelas alrededor del país están estableciendo programas y colectando datos para reconocer en sus registros a los estudiantes con un padre o madre en el ejército y ayudarles más con cualquier problema que puedan tener como resultado del efecto de la ausencia de sus padres. Las personas generalmente asocian a los que sirven en el ejército con valentía, sin embargo, las comunidades de apoyo detrás de ellos pasan desapercibidas.